No cantaré a la muerte y sí a la vida.
Estimo que es más bella una romanza
repleta de alegría y de esperanza
que aquella que es tristona y deprimida.
Cantarle a, del amor, la despedida
es síntoma de tiempos de bonanza;
si entonas con pasión, tu voz alcanza
a quien debió partir y así no olvida.
¡Cuán cruel es la distancia en los amores!
¡Fatal es de tu amor no estar cercano!
¡Estando el mundo lleno de mujeres,
en busca siempre voy del más lejano!
¡Estúpida actitud de muchos seres!
Mas pronto, sin dudar, vendrá el verano.
miércoles, 5 de marzo de 2008
Mirando mi pasado mato el tiempo...
Mirando mi pasado mato el tiempo.
¿Qué cosas me dejé, dime alma mía,
acaso sin hacer y cuáles otras
a realizar llegué que no debía?
Flaquea la memoria entre sus sombras,
mas siempre me recuerdo de algún día
que tuvo algo especial y me sonrío.
¡Y mira que es difícil que sonría!
Mas otros rememoro en que tristeza
tan sólo recogiera y no alegría.
Los meto todos juntos en mi adentro
y pienso para mí: - ¡Qué algarabía! -.
Los buenos con los malos se confunden
y luchan entre sí. Dura porfía
que tengo que acallar con cuatro voces:
- ¡Dejad de discutir, vaya manía!
Que juntos estéis todos es preciso,
pues quiero que viváis en compañía.
Mi yo lo formáis todos y os exijo
vivir en amistad y en armonía. -.
¿Qué cosas me dejé, dime alma mía,
acaso sin hacer y cuáles otras
a realizar llegué que no debía?
Flaquea la memoria entre sus sombras,
mas siempre me recuerdo de algún día
que tuvo algo especial y me sonrío.
¡Y mira que es difícil que sonría!
Mas otros rememoro en que tristeza
tan sólo recogiera y no alegría.
Los meto todos juntos en mi adentro
y pienso para mí: - ¡Qué algarabía! -.
Los buenos con los malos se confunden
y luchan entre sí. Dura porfía
que tengo que acallar con cuatro voces:
- ¡Dejad de discutir, vaya manía!
Que juntos estéis todos es preciso,
pues quiero que viváis en compañía.
Mi yo lo formáis todos y os exijo
vivir en amistad y en armonía. -.
Dime si piensas venir...
Dime si piensas venir,
porque te estoy esperando;
que tengo yo para ti
de amores un lecho blando.
En él, si quieres dormir
dormirás no sé hasta cuándo;
pues todo toca a su fin,
todo empieza y va acabando.
Comienza el hombre a existir
y al nacer nace llorando.
Intuye que vino aquí
para sufrir de otro el mando.
Pues muy duro es el vivir
todo el tiempo trabajando.
Siempre al albur, siempre así,
los años se van pasando.
Igual le ocurre al amor:
Llega sin pedir permiso.
Luego, la eterna canción:
Se marcha sin previo aviso.
Le damos mucho valor,
para luego caso omiso
hacer a quien nos amó
y olvidarle si es preciso.
Nace con tremendo ardor
de repente, de improviso;
y un día va y se acabó,
porque un capricho lo quiso.
Así que vuelvo a decir
que aquí te estoy aguardando.
Junto a mí serás feliz.
¡Mira que ya estás tardando!
Lo que dure, durará.
Un día o una semana.
Toda una vida quizás.
Eso lo vemos mañana.
Que eterno nunca será,
como nada hay en la vida;
se quiere en su comenzar,
pero muy pronto se olvida.
Es el destino del hombre
y lo sabes de memoria.
No creo que ya te asombres,
pues siempre es la misma historia:
Te enamoras un buen día
y se piensa ya tu mente
que ese amor en que confías
existirá eternamente.
Que todo será alegría
y que siempre, complaciente,
has de amar. Pero se enfrían
tus ardores de repente.
¡Misterio de la existencia,
difícil de resolver!
Son así las conveniencias
entre varón y mujer.
porque te estoy esperando;
que tengo yo para ti
de amores un lecho blando.
En él, si quieres dormir
dormirás no sé hasta cuándo;
pues todo toca a su fin,
todo empieza y va acabando.
Comienza el hombre a existir
y al nacer nace llorando.
Intuye que vino aquí
para sufrir de otro el mando.
Pues muy duro es el vivir
todo el tiempo trabajando.
Siempre al albur, siempre así,
los años se van pasando.
Igual le ocurre al amor:
Llega sin pedir permiso.
Luego, la eterna canción:
Se marcha sin previo aviso.
Le damos mucho valor,
para luego caso omiso
hacer a quien nos amó
y olvidarle si es preciso.
Nace con tremendo ardor
de repente, de improviso;
y un día va y se acabó,
porque un capricho lo quiso.
Así que vuelvo a decir
que aquí te estoy aguardando.
Junto a mí serás feliz.
¡Mira que ya estás tardando!
Lo que dure, durará.
Un día o una semana.
Toda una vida quizás.
Eso lo vemos mañana.
Que eterno nunca será,
como nada hay en la vida;
se quiere en su comenzar,
pero muy pronto se olvida.
Es el destino del hombre
y lo sabes de memoria.
No creo que ya te asombres,
pues siempre es la misma historia:
Te enamoras un buen día
y se piensa ya tu mente
que ese amor en que confías
existirá eternamente.
Que todo será alegría
y que siempre, complaciente,
has de amar. Pero se enfrían
tus ardores de repente.
¡Misterio de la existencia,
difícil de resolver!
Son así las conveniencias
entre varón y mujer.
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