jueves, 6 de diciembre de 2007

SONETO A VUELAPLUMA

Perdida la costumbre, no es sencillo
forjar un buen soneto en un momento;
veremos si no muero en el intento
y logro retomar el estribillo.

Sacado ya un cuarteto del bolsillo,
me voy por el segundo. Mas va lento,
que tengo que vender y estar atento
pues siempre algún cliente habrá listillo.

Comienzan los tercetos y la venta
parece que amainó por un instante.
Si dejan de acudir, mi mente inventa

y logra mi proyecto ir adelante.
Ya trece tengo escritos, si se cuenta
el último anterior que va delante.

¡Triunfé! Pero, no obstante,
ya puestos y metidos en el brete,
se añade el estrambote y diecisiete.

domingo, 2 de diciembre de 2007

IN MEMORIAN

[b]Heridos a traición y por la espalda
sus cuerpos caen inertes a la tierra.
Se trata de un encuentro fortuito,
¿quién dijo que existía aquí una guerra?

Llorando están dos madres por sus hijos,
sus lágrimas inundan toda España.
¿Se puede dialogar siquiera un rato
con gente de tal índole y calaña?

¡Cobardes y asesinos! ¡Vil gallofa,
que mata a los heridos en el suelo!
Que acudan cara a cara y uno a uno,
veremos quien entonces siente el duelo.

Mas, mientras, todo sigue y nada ocurre.
Ha sido nada más que un incidente.
Dos jóvenes han muerto asesinados,
mas poco le preocupa eso a la gente.

Se acerca Navidad, es lo que importa,
y todo son festejos y alegría.
Los muertos a su fosa. A ver si hay suerte
y alivia el cruel dolor la Lotería.

¡Tranquilos y a vivir! ¡No pasa nada!
Dos crímenes no tienen importancia.
Amén de que la sangre se ha vertido
en muy lejana tierra, pues fue en Francia.

Hoy cenan los ministros satisfechos,
pensando ya en tomarse vacaciones.
¿El llanto de dos madres? ¡Poca cosa!
Lo trágico es perder las elecciones.[/b]

sábado, 10 de noviembre de 2007

Selvática mujer...

Selvática mujer que habitas lejos
y bebes con placer de cuanto escribo,
ansío conocerte y que conozcas
al hombre y no al autor de tantos ripios.

Quisiera poder verte… ¿Cómo hacerlo
estando tan lejanos? Mis suspiros,
en alas de mis versos, vuelen raudos
al sitio donde lees mis escritos.

No sé cómo serás. Acaso, hermosa.
Mas una cosa es cierta: Que adivino
que seas guapa o fea poco importa.
Tu alegre corazón es lo que estimo.

Mas quiso la Fortuna que supiera
que existes y que sepas tú que existo
muy tarde acaso ya, puesto que hay lazos
que obligan nos separe un ancho abismo.

Difícil de salvar es tal obstáculo,
mas pueden dos palabras con buen ritmo
hacer que tome impulso. Son: - ¡Te quiero!
Igual con tal sentir saltar consigo.

El rey de España los tiene...

El rey de España los tiene
en su sitio y muy bien puestos
y al negro Chávez detuvo
virilmente, con un gesto.

No terminó allí la cosa,
pues siguió Chávez mintiendo
y al escuchar sus insultos,
el rey saltó de su asiento..

- ¡Vete ya a tomar por saco! -,
supongo pensó el Monarca,
en tanto que Zapatero
al negro casi rogaba.

¡Infeliz don José Luis,
pobrecillo presidente!
¡Tener que soportar él solo
los denuestos de esas gentes!

Con buen gesto y buen talante
y a fuer de ser un idiota
le demostró a todo el mundo
que es que le faltan pelotas.

Pues si el mismo rey de España
hace gala de hidalguía
tengo muy claro el asunto:
Zapatero es que es un lila.

¡Ole el rey y sus cojones!
A eso le llamo yo orgullo.
Y a Zapatero y su Corte
les tacho de lameculos.

Bien lo dijo el Almirante:
- ¡Vale más honra sin barcos
que barcos estando a flote
y de vergüenza cargados
! -

viernes, 9 de noviembre de 2007

Juicio a Don Juan Tenorio

Primera parte: Los malandrines.


Las crónicas aseguran
que hubo un galán en Sevilla
experto en burlar mujeres.
Y en él se inspiró Zorrilla.

Pero también el gran Tirso
bebió de la misma fuente
y se inventó otra comedia
sobre aquel mozo, igualmente.

En ésta, más importante
papel tiene el convidado
a la cena que organiza
el malandrín desalmado.

Que, ante las burlas pesadas
del fanfarrón mozalbete,
le dio muerte con un golpe
de su pétreo guantelete.

El pucelano, benigno
lo fue más con su Tenorio.
Y en vez de al Infierno echarle,
le destinó al Purgatorio.

Mas la historia es conocida
y contarla no pretendo,
tan sólo les analizo
si Don Juan fue tan tremendo.

Para mí que en demasía
contó las damas burladas;
sus andanzas, aventuras
y muertos a cuchilladas.

Pues mucho matar parece
y de amores ni te cuento.
Me pienso que fue un gran timo,
que fue todo un gran invento.

Gamberros de aquesta guisa
en cualquier tiempo han vivido.
Y en todas partes del mundo,
sin cabeza y sin sentido.


Que entre Tenorio y Mejía
y otros más de su calaña
no hubieran dejado a nadie
virgen ni vivo en España.

Los mozos, dos pillastrones,
- casta que en el mundo abunda –
vivían para la juerga,
el buen vino y la coyunda.

Nunca dieron palo al agua
pues decían que el trabajo,
pudiendo vivir del robo,
les importaba un carajo.

Segunda Parte: Las damas.


De las damas, ¿qué me dicen?
Resultaban facilonas.
Mucho presumir de castas
y eran unas lagartonas.

Pronto marchaban al catre
- en concluyendo una carta -
para afirmar luego el pillo:
- ¡Adiós, que un rayo te parta! -.

Mucho rezo y mucha Misa,
pero en presencia del macho
trocaban celestial dicha
por de tal rima un empacho.

Muchos refajos y faldas
no eran barrera insalvable
cuando notaban de cerca
la presencia de un buen “sable”.

Yo no digo muy salidas,
pero un tanto sí lo estaban;
sería que las monjitas
muy bien no las educaban.

Pues que si hubiesen sabido
lo que las chicas de ahora
a Don Juan pronto dijeran:
- ¡Váyase, hidalgo, en buenhora!

¡Déjese ya de cartitas
y afloje presto la pasta!
Que o me paga dos mil euros
o no dejo de ser casta.

Pues tengo yo entre mis piernas
algo que vale un tesoro.
Cese de decir pamplinas
y esté su merced al loro.

Que a mí llamarme gacela,
linda flor o bien amada,
me trae más bien sin cuidado
si a cambio no obtengo nada.
-.

Y más corrido que un mono
Don Juan quedado se hubiera
y buscara el consolarse,
como a entender Dios le diera.

Pero se ve que eran tontas
las damas antiguamente:
Se les caían las bragas
por un verso solamente.

Y pienso decir muy poco
de la infiel de la Pantoja.
¡Casándose al otro día..!
¡Más que zorra se me antoja!

Tercera Parte: Conclusión



Y ésta es la historia, señores.
Con Ciutti como escudero
y el bribón de Boticelli,
listo y sagaz tabernero.

Pues bien que supo enredarles
para juzgar quién más era
fanfarrón y así venderles
peleón como Rivera.

Que ya lo dice el refrán:
“Adentro del laberinto
igual le sabe al borracho
el vino blanco que el tinto”.

Si estos mozos aún viviesen,
- con esa mente tan loca -
os aseguro, lectores,
que harían “kaleborroka”.

Hasta que un nuevo Centellas,
vestido de picoleto,
les midiera las costillas
y allí se acabó el sujeto.

Pues un pico y una pala
asentaban sus cabezas,
que trabajando de firme
no hablarían de proezas.

A Doña Inés, correctivo
severo por ser pazguata;
y a la Pantoja una esquina
donde no diera la lata.

Se lograra de esta forma
- a gritos lo estoy pidiendo –
ver en lugar del Tenorio
La venganza de Don Mendo.

Que por lo menos te ríes
y pasas ameno rato
oyendo las siete y media,
no escuchando a un mentecato.

Una generación de ignorantes

Las nuevas normas establecidas para pasar de curso en el Bachillerato, permitir hacerlo habiendo obtenido cuatro suspensos en el anterior, me trae a la memoria aquel viejo chiste en el que un individuo le pregunta a otro:
- ¿Y usted estudia o trabaja? -.
- ¿Mande? -. Responde el interrogado.
- Que en qué trabaja... -. Pronuncia esta vez su interlocutor.
La diferencia es que a partir de ahora, y por obra y gracia del Gobierno del PSOE, la pregunta final será que qué estudia. Porque los que trabajan, sobre todo en algunos oficios, van a ser desde luego mucho más inteligentes que aquellos que acaben sus estudios arrastrando cuatro suspensos eternamente.
En mi juventud, el ser Bachiller Superior era todo un Título que hasta te confería el tratamiento de Don. No de la Mafia, por supuesto. Y no hablemos ya de épocas anteriores… El Bachiller Sansón Carrasco, personaje de El Quijote, era bastante más culto que muchos de los Licenciados Superiores actuales. Y hasta hace no mucho tiempo tener el Bachillerato Superior era tener algo. Ahora apenas significa nada más que saber leer y escribir malamente, ya que las operaciones matemáticas las realizan las calculadoras y los ordenadores.
No voy a pretender que la Enseñanza sea tan dura y tan cruel como antiguamente en la Universidad de Salamanca, en la cual enfermaban los alumnos el día del examen a causa de los nervios; o como en la Escuela de Ingenieros de Caminos, donde te suspendían por poner una falta de ortografía tras haber resuelto a la perfección tres problemas de alta Matemática. No era infrecuente que al calcular el área de un triángulo – b x a/2 –, (altura se representa como h por provenir la fórmula del francés hauteur), se escribiera “haltura”. Pues a la calle y hasta el año que viene, que no existían exámenes de septiembre en aquella época.
No. Ni tanto ni tan calvo como el otorgar todo un Doctorado a quien responde que Velázquez y Franco son los nombres de dos jugadores de fútbol. Lo cual es cierto, por otra parte, pero dice más bien poco en favor del individuo que responde de esa manera.
El objetivo de esa “flexibilidad aprobatoria” dicen que es acabar con el llamado fracaso escolar que obliga a muchos chicos a abandonar los estudios, pero pienso que el resultado no va a ser otro que la creación de unos Licenciados muy especializados en una materia concretísima pero que para otra cosa no van a saber ni escarbar cebollinos. Su única meta será triunfar en su especialidad y ganar mucho dinero, que les convierta en obedientes y grandes consumidores. Mientras sepan manejar como autómatas todos los aparatos de alta tecnología, que ya les han implantado en el cerebro que son imprescindibles, no tendrá la menor importancia que después no sepan hacer la O con un canuto. Siempre ha sido más sencillo gobernar un pueblo de incultos que de intelectuales y ése debe ser el fin que busca el Gobierno Socialista.
Pensar… ¿Qué es eso y para qué sirve? ¿Se tienen mejor coche y chalet adosado y con piscina con ello? ¿No? Entonces no es interesante.
Y estos que así opinan y así legislan son aquellos mismos que en mayo del 68 proclamaban que “la imaginación al Poder”… O eso dicen.
¡Joder y cómo se cambia en cuanto uno se encuentra acomodado en la poltrona del mismo! Para luego hacerles caso en nada y volver a votarles…

lunes, 29 de octubre de 2007

"Macho Güevara"

“Macho Güevara”

No piensen que me he equivocado al escribir el título del artículo y que éste iba referido al célebre personaje mitad argentino y mitad cubano conocido como Ché Guevara, no. Aquel individuo, de cuya muerte se acaban de cumplir treinta años, fue ensalzado en demasía - quizás por la leyenda – por ser un guerrillero con barba y boina calada; de aspecto muy viril, en suma. Pero la realidad de sus logros fue muy inferior a lo descrito por quienes están a su favor. Ni fue un buen estratega ni un buen ministro en el primer Gobierno de Fidel Castro, de quien fuera lugarteniente. Siendo como era un aventurero, se fue a Bolivia a seguir promoviendo la revolución y allí fue muerto por instigación de la CIA según parece.
Deseo referirme y dedicar este artículo al Juez Don Félix Alfonso Guevara, Magistrado que con escasa complexión física personal y con voz más bien atiplada ha demostrado cómo se debe lidiar con los terroristas y malhechores en ya múltiples ocasiones. El Juez Guevara es un hombre de los que se acostumbra a decir, por su apariencia, que es “poquita cosa”. No es dueño de un vozarrón bronco que pudiese acongojar a los acusados con su tono y su potencia. Es alguien que si nos lo cruzamos por la calle podría hasta pasar desapercibido o parecernos un humilde y triste trabajador de Banca o de cualquier oficinilla de mala muerte, sin más mérito que cumplir todos los días con su rutinario trabajo sin mayor pena ni gloria.
Pero el Juez Guevara los tiene bien puestos, a pesar de su escasa estatura. De ahí que le haya cambiado el apellido, para hacer referencia a sus “güevos”.
Sabe que representa a la Ley y que ésta le brinda el poder para hacerla cumplir. Y hace que se cumpla. Por las buenas o por las malas, pero aplica firmemente el dicho latino “dura lex, sed lex”.
Ya se había enfrentado anteriormente a destacados miembros de ETA, famosos por su vileza y fanfarronería, pero su actuación hace unos días ante los terroristas islámicos que habían pretendido volar la misma Audiencia Nacional dejó bien claro cuál y cómo es su carácter: Firme y decidido.
¿Que los maleantes se le encrespan y amotinan? Pues ni corto ni perezoso ordena que intervenga la Fuerza Pública y les obligue a permanecer sentados y en silencio. No será un hombre grande, pero sí es un gran hombre.
Desconozco cuál puede ser su ideología política, si es que la tiene, ni tengo el menor interés por averiguarlo. Tan sólo sé, por las escenas que vi en la televisión, que es una persona capaz y que sabe mantenerse en su puesto. Si es de derechas o de izquierdas carece para mí de la menor importancia. Lo que cuenta es su actitud cuando está ejerciendo su trabajo. Sabe que la Justicia le respalda y está de su lado e impone que se cumplan las Leyes.
¿De qué demonios pueden quejarse unos individuos que han matado o pretendido matar a ciudadanos inocentes por el mero hecho de pertenecer a otra Religión que la suya o por creerse de veras que el Estado Español está invadiendo por la violencia y la fuerza una parte de su territorio? ¿De que les aprieten las esposas o de que no les conduzcan al Tribunal en un vehículo más confortable? Pues que lo hubiesen pensado antes de cometer sus fechorías. ¡Suerte tienen que les ha tocado ser juzgados en un Estado Democrático! Hace solamente treinta y cinco años se les hubiese formado un juicio sumarísimo, sin ninguna garantía jurídica y seguramente se les hubiera pasado por las armas, - como ya sucedió en aquel entonces -, sin más contemplaciones.
Personalmente, me molestó mucho ver a esa gente - nacida a saber Dios sabe dónde pero desde luego no en España - encrespada contra el señor Juez. Ellos han venido a hacernos la Guerra Santa, como todos los días proclaman, ¿no? Pues son afortunados por no haber sido abatidos de inmediato en el transcurso de la misma.
Aparte de estas reflexiones, me pregunto quién les dejó entrar en nuestro país. Está clarísimo que el llamado “efecto llamada” de Rodríguez Zapatero ha tenido gran parte de culpa de que esto ocurra y de que haya crecido el número de inmigrantes, pero estos mal nacidos en particular ya estaban aquí desde antes; luego la culpa la debe compartir también el anterior Presidente del Gobierno, no toda se le debe achacar a ZP. Y, sin embargo, de eso no se habla estando como estamos enfrascados en la tan controvertida discusión de la Memoria Histórica ésa que lo único que va a conseguir es convertir en realidad lo de las dos Españas sobre las que hablara Antonio Machado.
Cuando era niño, en mi Colegio Calasancio había un niño guineano. Se le conocía como “el negrito” y, como siempre estaba riéndose, todos los demás chavales queríamos ser amigos suyos. Ni el racismo ni la xenofobia existían en nuestro país, salvo con los gitanos y porque ellos se preocupaban de diferenciarse del resto de los españoles. Ahora, con la masiva afluencia de extranjeros, - la mayoría de los cuales ha venido a trabajar honradamente, pero siempre hay desgraciadamente excepciones -, se ha dado lugar a que ambas odiosas conductas se manifiesten y crezcan. Y a que sucedan hechos como el de hace muy poco en el Metro de Barcelona, la agresión cometida por otro canalla a una joven ecuatoriana. ¡Y encima se va de rositas y hasta le ofrecen dinero para salir en televisión!
Quizás si el Juez Guevara hubiera llevado ese caso, la sentencia hubiera sido muy diferente; siempre ateniéndose a Derecho, pero contundente.
En fin, que a D. Félix Alfonso se le puede vitorear y aplaudir con razón con aquello de: - ¡Torero! Porque los tiene, como he dicho, muy en su sitio y hasta dudo si le cabrían en una taleguilla.
¡Bravo por él!
¡Hasta pronto!